Desde que empezaron los actos de asignación de plazas viví en un sinvivir. No conseguía dormir una mañana hasta tarde (con lo que me gusta a mí dormir! :O): a las 9 y algo estaba despierta todos los días. Me despertaba nerviosa, veía las elecciones con terror y cada vez que veía que alguien cogía en mi ciudad, me daba un salto el corazón. Así pasaron los días, con muchos nervios y ansiedad continua (la cosa mejoraba un poco cuando acababa un turno y sabía que hasta unas horas después nadie estaría escogiendo de nuevo).
El domingo pasado me fui con M para Madrid. Ese día teníamos planes, reencuentros con amigas y demás y pasó relativamente tranquilo (aunque yo sé que estaba siendo bastante monotema...:$). Sólo tenía que pasar un día más, 1033 personas más y la plaza estaría al fin entre mis manos! Sonaba cercano pero a la vez me parecía tannnn fácil que unas cuantas de entre esas mil y pico personas quisieran lo mismo que yo y me quedara sin ello... Qué miedo! [a mi favor tenía que sólo una persona de las 2700 que habían pasado por el Ministerio los días antes había querido una plaza igual que la mía, así que tampoco parecía ser una golosina...].
El lunes no recuerdo qué hicimos, salvo hacer tiempo por la tarde en el Museo del Prado para ir a recoger el resumen de plazas vacantes que daban al final del turno de la tarde. En la web ponía que una hora después de que se terminase el turno los entregaban en la puerta del Ministerio. A los 45 minutos nos plantamos allí y nos dijeron que se habían agotado ya, que los daban a los 10 minutos del final del turno :S (aprovecho desde aquí para decir que esas cosas podían ponerlas bien en la página web. Digo yo, vamos...). Así que sin resumen en la mano nos fuimos al hotel (yo con el pretexto de descansar, pero lo único que quería comprobar es que en el hotel siguiese mi DNI donde lo había dejado! :P Las semanas previas a la elección comprobé una y mil veces que no estuviese caducado, y siempre lo dejaba en casa por si las moscas...)
M en el hotel se empeñó en que teníamos que hacer una lista, pero yo no me sentía con fuerzas para decidir qué poner en segunda posición, porque yo sólo quería UNA COSA. Así que me escribió en un papel las plazas que creía que me interesaban y esa fue toda la "no-lista" que llevé al Ministerio, pero que ni saqué del bolso, jaja.
Esa noche hicimos tiempo viendo telebasura para estar distraídas y no pensar y ponernos nerviosas. Cuando me quise dar cuenta eran las 2 de la mañana. Puse DIEZ (sí, 10, tenía mucho mucho miedo a quedarme dormida a la mañana siguiente...) alarmas en el móvil y a dormir. Quedaban muy pocas horas para que "el mundo MIR" pasase a la historia...
Y AL FIN LLEGÓ EL DÍA. Martes 23 de Abril. Yo estaba convocada en el turno de mañana, a las 8,45. Había quedado con Cris y con Vicky para conocernos fuera de los mundos de twitter antes de que nos tocase entrar.
A pesar de mi miedo a no enterarme del despertador, antes de que sonase ya me desperté. Una ducha y bajamos al McDonald´s. Se notaba la tensión porque no se me quitaban las ganas de devolver. De hecho yo, que soy de mucho desayunar, cogí un café y una cookie de chocolate rica rica y apenas le pude dar unos bocados. Así que me la guardé en el bolso pa más tarde, cuando volviera a recuperar el hambre, que yo sabía que llegaría.
El DNI en el bolsillo del pantalón, no fueran a robarme el bolso y tuviéramos un susto. La ropa, la que llevé a todos los simulacros durante la preparación del MIR y al examen MIR también. No me apetecía ponerme esa ropa pero tampoco quería que la suerte no estuviera de mi lado y tener que echarme en cara que la plaza se me había ido por eso... jajaja. Locuras, lo sé, pero así me sentía más segura de que todo saldría bien :P
Y desde que me senté abajo os aseguro que entré en una especie de trance. No me enteraba de nada. Me quedaba empantallada y cuando volvía a la realidad no sabía cuánto tiempo había pasado...:O Y así pasó todo el tiempo... Era como si mi cabeza se me fuera por ahí a despejar, y en el aula no quedase más que el cuerpo sin enterarse de nada. xDD En serio. Una sensación rarísima. Pero me vino muy bien porque así no viví las horas antes de la elección con tanta angustia...=)
Y por fin llegó el momento en que tenía por delante 8 personas y aún quedaban 9 plazas donde quería, así que matemáticamente ya estaba!! LO HABÍA CONSEGUIDO!! ^^
Subí al estrado y dije lo que quería. Pulsé el Intro y me fui. Y al salir por la puerta sentí un miedo gordísimo!!! Había sido todo tan mecánico que no sabía qué acababa de escoger!! Así que miré el papel unas mil veces y ví que estaba todo bien... AL FINAL, DESPUÉS DE TANTO TIEMPO DE ESFUERZO, HABÍA CONSEGUIDO LO QUE QUERÍA, mi número 1 del MIR!!!!
¿Qué sentí en ese momento? TRANQUILIDAD ABSOLUTA!!
En unas pocas semanas empiezo a formarme como MÉDICO DE FAMILIA, y no puedo estar más contenta!!!
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"El contacto del médico -cálido, familiar y tranquilizador-, el consuelo y la preocupación por el paciente, las plácidas y largas conversaciones, están desapareciendo de la práctica de la medicina, y eso podría resultar una gran pérdida. Si yo fuera un estudiante de medicina o un interno, si estuviera preparándome para empezar, este aspecto de mi futuro me preocuparía más que ninguna otra cosa. Temería que me arrebataran muy pronto mi auténtico trabajo - cuidar a los enfermos - y que me tuviera que dedicar a otro muy distinto, atender máquinas. Trataría de encontrar la manera de que esto no ocurriera."
LEWIS THOMAS, doctor en medicina
The Youngest Science: Notes of a Medicine Watcher
